jueves, 28 de julio de 2011

La grande vadrouille VI

Ayer estuvimos a  9246 km de Vladivostock y a 2200  km de  Tamanrasset. Tengo la prueba:




Llegamos ahí por estrechas carreterillas entre campos de maíz y girasoles, bosques impenetrables de robles y riachuelos con molinos de agua. El pueblo se llama Simorre, y tiene una gran iglesia fortificada hecha con ladrillos. Fue una abadía benedictina, pero sólo queda la iglesia. Claustro y otras dependencias desaparecieron con la revolución (francesa). Gárgolas amenazantes, curiosas asimetrías y extraño aspecto de castillo. Dentro, la música acompaña la visita.



Y alrededor de la iglesia, el pueblo. Con antiguas casas, la Halle, gascones disfrazados de gascones, y bares agradables. Nos tomamos una cervecita en el "Bouche à oreille", bareto donde hacen muchas actividades, conciertos todos los fines de semana, dan de comer, tienen su rincón con libros e internet, curioso.





Partida de boules, que es como aquí llaman a la petanca local, bajo los plátanos donde habíamos aparcado.

En el camino de vuelta nos preguntamos cómo es que hemos ido a parar esta region tan bella y apacible.

miércoles, 27 de julio de 2011

Cena de amigos

Ayer fuimos a cenar a casa de Pete y Xander.

Pete es uno de los compañeros del curso de francés de Antonio. Xander también iba a clase, pero a otro curso.
Son estadounidenses, de Oregón (el de verdad), y viven 7 meses aquí y 5 en Grazalema. Aquí se han comprado una casa en Peyruse-Vieille, una tranquila aldea entre Bassoues y Aignan. Tienen un pequeño huerto y unas grandes vistas sobre la región y, cuando el tiempo lo permite, sobre los Pirineos. Pete es un jubilado con posibles, que no se fiaba nada del futuro y, con un trabajo que se lo permitía, ahorró  una pasta para disfrutar de su jubilación. Xander también ahorró, claro, y aunque no está en edad de estar jubilado, ha decidido que mejor disfruta la vida ahora, que esperar demasiado y luego no poder, así que lleva unos cuantos años sabáticos ya.
Con ellos vive Mattie, una cariñosa y tranquila labrador de color negro, a la que no le molestan los viajes, ni siquiera cuando van en avión a los EEUU.

Ya que íbamos decidimos parar en un par de pueblos de camino.

En Montesquiou ya habíamos estado, pero nos dimos otra vuelta por el pueblo. Había una curiosa exposición de retratos: Un dibujante que vive aquí (holandés, creo) ha hecho retratos a carboncillo  a tooodos los habitantes del pueblo, 272

La verdadera parada la hicimos en Bassoues. Bajo la lluvia, nos vimos gratamente sorprendidos por un pueblín con el Donjon más alto del Gers y una Halle de madera atravesada por la carretera y con las viviendas casi pegadas a ella.
Nos tomamos un té en un bar adosado a la halle. Fuera, a pesar de la lluvia y el fresco, una familia gascona, abuelos y nietos, meriendan helado, pastis gascón y unas poco apetecibles bebidas llamadas diabolo y que no es más que gaseosa con algún sirop de ésos que tanto gustan por aquí.
El donjon ofrece unas magníficas vistas sobre la región, y exposiciones: tuvimos la suerte de ver una de unos divertidos dibujos de Perry Taylor, guiri instalado en estas tierras que dibuja con humor.


nota: un Donjon, contra lo que pueda parecer no es un Donjuan sino un torreón de defensa.









Y la cena en casa de Pete y Xander, toda de productos de su jardín. Buena compañía y al final, entre risas y vino, una empanada trilingüe en la que ya no encontraba palabras en ningún idioma.

El viaje de vuelta de noche, no me gusta nada conducir de noche, con lluvia. Ranas y un ciervo cruzan la carretera. De verdad, que no había bebido tanto.

lunes, 25 de julio de 2011

La grande vadrouille V

Desafiando a los elementos (osea, la pertinaz lluvia), y provistos de chubasqueros y ropa más otoñal que de estas épocas del año, nos animamos a una nueva excursión por el norte del departamento.
Camino de Condom pasamos por Castera-Verduzan, pequeña ciudad con casino y balneario. Da la casualidad de que están celebrando unas jornadas gasconas, así que nos paramos a curiosear.
Mercadillo con venta de productos regionales, pequeña muestra de antiguos oficios y, lo mejor, bailes regionales. Tanto los danzantes como la orquesta son tan antiguos como los oficios.





Después del intermedio folclórico, seguimos camino hacia nuestra primera parada prevista, La Romieu.
Cuenta la leyenda que hubo una gran hambruna en la ciudad, por lo que los habitantes decidieron zamparse los gatos que por ahí pululaban. Pero Angelina apreciaba demasiado a sus gatos como para comérselos, así que los escondió y los cuidó sin que nadie se enterase. Más tarde llegaron las buenas cosechas, pero esta vez se vieron atacadas por los ratones, con lo que el hambre amenazaba otra vez. Angelina sacó entonces a sus gatos que salvaron a La Romieu de otra terrible época de miseria.Y cuentan que tanto amaba Angelina a los gatos que acabó teniendo su aspecto.
En su honor el pueblo está decorado con gatos de piedra, y con una estatua de Angelina-gatuna.


Una suntuosa colegiata (cerrada), bonitas casas de piedra, pueblo cuidado. Aquí hay también unos magníficos jardnes que se visitan, pero como el día está lluvioso, creemos mejor aplazar este paseo para un día más soleado.





Siguiente etapa: Larresingle. Diminuta ciudad fortificada del siglo XIII llamada con optimismo "La Carcassonne del Gers".  Bonita, explota su condición medieval con un parque temático de máquinas de guerra "ven a tirar de la catapulta". Rodeada también por jardines visitables cuya visita aplazamos hasta otro tiempo.





Seguimos entre viñedos de armagnac y campos de girasoles y maíz hasta Montréal du Gers, que fué la primera Bastida de todas. Plaza con arcadas, gran iglesia, casas bonitas y curiosa plaza dedicada a ciertos campeones de rugby ¿?







Muy cerca está la villa galo-romana de Seviac, y allí que vamos. Un galo-romano ricacho se hizo aquí una fastuosa villa con termas, calefacción, piscina, columnas de mármol  y geométricos mosaicos.
Cuando hay un grupo de visitantes lo suficientemente numeroso, una guía (galorromana, biensig) da didácticas explicaciones de todo. Con una caña van señalando los detalles y de paso hacen preguntas ¿alguien sabe...?¿Cómo he dicho antes que se llamaba...? 
Como llegamos cuando una visita ya está amedias, no esnganchamos a ella (galorromana de azul). Al final de nuestra visita comienza otra, y nos reenganchamos (galorromana de rojo).



La villa fué ocupada después por los merovingios. Encontraron un par de esqueletos de jovenzano y jovenzana, enterrados juntos, la mano de él sobre el hombro de ella. Por supuesto, son los "Amantes de Seviac".




Cerramos la vuelta por el norte con una visita a Fourcès, Bastida en redondo, lo que la hace especial.





Ya terminada la vuelta, paramos en Condom con la intención de tomar un té. Pero sólo hay abierto un bar no muy atractivo, a pesar de todos los turistas que paseamos por aquí. Así que nos vamos de vuelta.

Cerca de Auch decidimos entrar en Lavardens. También tiene castillo, enorme, y lo que es más interesante, un par de bares adecuados. Nos tomamos un enorme té en el Watchtower, curiosa mezcla de bar, pub y restaurante.


sábado, 23 de julio de 2011

La grande vadrouille IV

Hoy ha sido un día cansado.

Hemos empezado haciendo una visita guiada por el viejo Auch. La edad media del grupo se acercaba a la de la ciudad, pero ahí que nos hemos ido animosamente tras nuestra guía para que nos contase cosas de la ciudad.

Finalizada la visita nos hemos dado una vuelta por el vide-granier organizado por el Centro Cultural Español, que es un vide-granier como cualquier otro, pero con un bar donde dan "tapas". Están todos obsesionados con las tapas....

Y puesto que hoy las nubes daban una tregua, nos hemos ido de excursioncilla a conocer nuevos pueblos.

La primera parada la hemos hecho en Gimont, pueblo que ya habíamos bordeado varias veces puesto que está camino de Toulouse, pero donde no habíamos entrado.
Gran Halle utilizada de aparcamiento y por la que pasa la antigua carretera de Toulouse, y la tranquilidad habitual en la zona.


Siguiente parada en Mauvezin, que tambien tiene su halle, claro, y un agradable mirador sobre la Lomagne.





Seguimos la carretera entre campos de girasoles y llegamos a Sarrant, pequeño pueblo que, a diferencia de las ortogonales bastidas, está dispuesto en círculo alrededor de la iglesia. Era un pueblo fortificado, y todavía se accede por la puerta de la torre. Nos tomamos una olímpica de té en una sorprendente librería donde sirven bebidas, salades y tartines, y donde ce soir tienen velada boliviana.








Y la última parada de la jornada en Cologne, hermanada con la Kohln alemana, por supuesto. Pequeño paseo por los alrededores, que promete buenas vistas de los Pirineos, pero que hoy no se ven, por lo que nos contentamos con las panorámicas sobre los departamentos vecinos.




miércoles, 20 de julio de 2011

La ventana indiscreta

Debajo del tejado, la 7ª ventana contando desde la esquina de la derecha: la ventana de mi primer dormitorio.




Ventana de mi, por ahora, último dormitorio, vista desde la cama.