martes, 15 de noviembre de 2011

Como chica con botas nuevas

Gabriele y Hans nos han invitado a hacer una randonnée por Pirineos.
Gaby es compañera de Ant de las clases de francés. Hans es enfermero en Saint-Blancard. Son alemanes. Hace unos años se compraron una casa ruinosa en Sariac que con paciencia, gusto, habilidad y tiempo han convertido en una casa preciosa, con muros de colombages y todo. Y en sus ratos libres, que procuran que sean muchos, les gusta pasear, principalmente por el Pirineo. Ant ya les había avisado de mis nulas dotes como montañera, así que nos preparan una excursión facilita, nivel "Émilie"  (Hay una colección de libros de excursiones facilonas, pensadas para familias con niños, y la prota es la tal Émilie: exactamente mi nivel)

Pasamos por su casa, tomamos un cafelito al sol en su jardín (que no fotografío por un tonto pudor), y vamos rumbo al Col D'Aspin. La carretera sube en curvas entre praderas donde tranquilamente comen las vacas.




Y sí, el Col D'Aspin es el célebre del Tour, que subido en coche no es nada, pero ni me lo quiero imaginar en bici)



Aparcamos en fente del Pic du Midi (de Bigorre)




El paseo comienza por el camino de la izquierda



Un ratito corto vamos entre un bosque de abetos (o por lo menos me apetece que sean abetos: en francés sapin, tan parecido al nombre de Aspin)


El paseo va subiendo suavemente hasta llegar a la cresta, desde donde se puede ver casi todo



 Picniqueamos alli arriba, con el Pic du Midi a la vista de mis botas nuevas






Para volver, bajamos a Bagnères de Bigorre. Así aprovechamos para tomar un te en una cafetería pastelería muy graciosa, parece la casa de una abuelita por sus muebles, suelo, papel pintado, la vajilla...


Damos un pasaeito por Bagnères (tiene baños termales, hummm) y volvemos a casa de Hans y Gaby, donde tenemos el coche. Tomamos otro té, y nos enseñan la casa. No me cabe más envidia, por mucho que sea sana...

domingo, 13 de noviembre de 2011

Del uno al otro confín

En Sauveterre hay una colina con un balconcillo desde el que se ven los Pirineos del Canigou al Atlántico.
El miércoles, después de unos días de nieblas y lluvias salió un magnífico día soleado, así que allí que nos fuimos

Teníamos enfrente todas las montañas, pero también teníamos el sol (cosa de que por aquí los Pirineos quedan en el sur). La consecuencia es que no fui capaz de tomar una foto que demostrase lo que en realidad estábamos viendo. Porque además, lo que aquí habían sido lluvias, allí arriba fueron nieves, con lo que el paisaje era estupendo (grandioso creo que es el grandilocuente adjetivo que tocaría poner oficialmente)
Y para disfrutar de  esta panorámica tuvimos que subir a esta vertiginosa altura:


Sauveterre es un pueblete pequeño, cuidado, con una iglesia no demasiado bonita,



pero con un reloj gracioso


Y con una típica cruz de este estado laico


Y con flores, muchas flores (incluso romero, robamos un poco ya de paso


Aprovechando que estábamos cerca nos vamos a dar una vuelta a Simorre, la de la gran iglesia de ladrillos.


Seguimos encontrando rincones curiosos


También hay cruz junto a la iglesia


Y nos vamos al bar majete a tomar unos tés, que nos sirven en unas teteras graciosas






Y a casa. ¡Qué pronto anochece ahora!

jueves, 3 de noviembre de 2011

Otoño en nuestro bosque


Paseo perezoso por el bosque de Besmaux, el de Pavie.



Dejamos el coche junto a las caballerizas de la Fenière, y pasamos caminando junto a los caballos.



Nada más entrar en el bosque ya empieza el lío ¿Por dónde vamos?. Tampoco nos preocupamos mucho. Ya estamos acostumbrados a la falta de señalización en nuestros paseos. El bosque no es demasiado grande, y ya saldremos de alguna manera. A disfrutar!





Encontramos un rincón sorprendente, con cipreses de los pantanos, la única conífera caduca, y que nos ofrece sus colores rojos


Las raices del ciprés sobresalen. Cuando el terreno está inundado, esto les ayuda a respirar.



Y tranquilamente llegamos a las lindes, con los campos ya perfectamente trabajados para la siguiente cosecha


El portón lateral del castillo de Besmaux, donde ahora hay un brocante




Fogata de limpieza. Unos críos pasándoselo pipa



Al lado de donde habíamos aparcado el coche hay una parcela que parece un tanto descuidada. Nos colamos y parece que este verano ha debido estar bien habitada. Unos carromatos de circo le dan un aspecto bohemio. También tenían restos de un huerto (gastropillamos dos tomatillos de recuerdo)



Seguiremos controlando el paso de las estaciones en "nuestro" bosque.

El huerto de nuestros amigos


Pete y Xander y Mattie se van a invernar a España. Como cada año, se alquilan una casita en Grazalema y pasarán allí el invierno. Nos invitan a comer para despedirnos, pero Ant está con uno de sus enormes catarros, así que vamos sólo a pasar un ratito. Por el camino nos preguntamos por qué querrán ir a España ahora, con lo bonito que está esto, pero enfin...

Pasamos un agadable rato con ellos. Nos dan un par de bolsas llenas con productos de su huerta.


Color de verano en nuestra mesa en otoño




Ils vont nous manquer.