El duro invierno ya se ha ido, pero los pajarillos siguen viniendo a comer aquí. Les pusimos semillas durante las nieves y ahora se han acostrumbrado y parece que las pidan.
Y la gata del vecino sigue viniendo a tumbarse al sol del porche y, de paso, exigir unas caricias.
Y nosotros hemos vuelto a los paseítos por nuestros bosques. Es un lujo tener un bosque cerca de casa.
La mañana salió neblinosa, pero a partir del mediodía el sol calentó las ganas de salir a pasear.
Por "nuestro" bosque de Besmaux
La primavera empieza a anunciarse, aunque aún falta un mes
El acebo se ha mantenido verde y brillante todo el invierno
Salimos junto a nuestra secuoya de siempre
Otra tarde soleada. A otro bosque, el de Auch
Dos tranquilos paseos. Las ramas sin hojas dejan pasar el sol, templado. Las hojas, en el suelo, crujen a nuestro paso, y los pajarillos se muven alborotados y alborotadores, animados por este tiempo primaveral.
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