viernes, 10 de febrero de 2012

Siberiada

Siberia se ha dejado la puerta abierta y se le ha escapado una buena cantidad de frío. Mucha.

El domingo, después de dejar a Santi en el aeropuerto embarcando, vamos hacia el aparcamiento, donde nos encontramos el coche bajo la nieve otra vez. hay que volver a casa, que esto se está poniendo mal.

Por los accesos de Toulouse ya están trabajando las asistencias: ha pasado alguna quitanieves y están salando las carreteras. De todas maneras la cosa no está para alegrías, y a los pocos kilómetros ya no hay signos de que nadie esté limpiando. Así que paciencia, cuidado y atención, y hacia delante.


Lo más peligroso de todo son las rotondas, donde el coche no se agarra del todo bien, y los conductores. Alguno muy pelma, rodando a 20, lo que casi es más peligroso, porque como se te pare el coche la has liado, y los peores, a los que se les para el coche (o lo paran) ¡cuesta arriba!. Llegando a Gimont hay varios de ellos, formando un lío importante, del que conseguimos salir bastante airosos. Y poco a poco nos vamos acercando a Auch.


Cuando llegamos, la iudad está ya cubierta, y los quitanieves están empezando a trabajar. Nos paramos a descansar del duro viaje y a pasar un poco la ciudad blanca.



Mis flamantes botas de rebajas








Cuando llegamos a Pavie no podemos subir la cuestecilla final de nuestra calle, por la que parece que no ha pasado casi nadie. El coche se queda abajo.


y nosotros subimos a pie


Nos encontramos al Ibiza con su manta de nieve. Se la dejamos, que a lo mejor le aísla un poco por la noche.


Por la tarde nos animamos a bajar a Pavie a ver el paisaje y el río




Por la tarde noche el crpúsculo es bonito con la luz de la luna y el reflejo de la nieve




Gracias¿? a que el coche está abajo, yo puedo ir a trabajar el lunes. No así la vecina, y muchos otros, que se quedan bloqueados en sus casas, sin remordimientos. En el hospi, falta por lo menos un tercio del personal. Ant tampoco puede ir a dar su clase de español.
Nuestro vecino de Calatayud es el único que, pertrechado de pala y escobón, limpia concienzudamente el acceso a su casa. Tiene 80 años.


A lo largo del día la máquina quitanieves ya pasa por nuestra calle y desbloquea a los vecinos.

Martes. Sigue el frío, no subimos de los 0º. La nieve se mantiene. La vecina va a trabajar y vuelve con el coche ligeramente perjudicado, se ha debido comer algún terraplén.


Ponemos comida para los pájaros, que con la capa de nieve igual lo tienen más difícil. Tenemos abonados a unos mirlos y unos petirrojos, pero en cuanto notal el más ligero movimiento se van volando, son difíciles de fotografiar. Vaya, nos teníasn que tocar los únicos petirrojos tímidos, con lo descarados que suelen ser.



El día es soleado, queda todo muy bonito.  Las carreteras y las calles principales están limpias y secas pero las aceras son verdaderas pistas de hielo. Poco a poco las van limpiando, con palas y sal.





Se nos empiezan a helar el río y las fuentes.



Miércoles, trabajo. Falta menos gente, pero siguen faltando. Parece ser que las carreteras secundarias y los caminos rurales son pistas de esquí poco aptas para vehículos sin cadenas.
Se nos ha instalado en el garaje el gato que en verano rondaba por aquí. Parece abuelete, está tuerto, es peludo y pelirrojo y nos da mucha pena. Ya lleva unos días en el garaje, en cuanto entramos se va corriendo, es muy desconfiado. Nos da mucha pena. le he preparo una caja con periódicoas aislantes y una toalla vieja. en cuanto la ve, no duda de que es para él y se instala. Se pega los días enteros sin salir de ahí. Pobrecillo.

Jueves. Seguimos en Siberia, sin subir de los 0º y bajando hasta -11º. No hay mucha humedad, y la poca se fractaliza sobre las ventanillas del coche.



El Gers ya está completamente helado. En Auch veo un coipú (ragondin) andando sobre las aguas, grande como un gato gordo.


En casa las prímulas de Gabriele están esplendorosas.



Por al tarde nos acercamos de nuevo a Pavie, al puente románico sobre el Gers, que está cubierto de una gruesa capa de hielo.




Aquí el río tiene un pequeño salto de agua, de un par de metros, que también se ha congelado



Hay quien ha tirado piedras al río para comprobar si rompían el hielo, supongo. No lo han roto, y ahí se han quedado "flotando". Así es más fácil que nunca hacer chipichapas. Las piedras rebotan en el hielo que da gusto.


Por la tarde me voy de rebajas y me compro una flamante prenda de abrigo. Conversación en español con Evelyn, Stephan y Ricardo.

Viernes. Más de lo mismo. Las predicciones amenazan con que esta noche va a ser la más fría. Brrrr

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