sábado, 13 de agosto de 2011

Más allá

Seguimos nuestra exploración de la región, Esta vez hacia Nogaro.

Son las fiestas, y para celebrarlo tienen un inmenso vide-granier, premios a las maisons más fleuries, y música megafoniada por todo el pueblo. Y como es "fiesta", por supuesto, música a la española, pasodobles incluidos.
Iglesia con unos frescos románicos muy publicitados pero poco visibles.
Y nos vamos a visitar un jardín tropical que hay en Betous, Le palmeraie du Sarthou.

Un pequeño paraíso donde hay estanques con monumentales lotos,


donde crecen juntos plátanos y manzanas, con todo tipo de palmeras y plantas tropicales,



y donde hacen exposiciones de esculturas: bichos construidos con restos de máquinas



Seguimos nuestro paseo un poco al azar y llegamos a Sabazan, agradable sopresa pues tiene una iglesia con un bonito campanario al que subimos por unas escaleras de madera hasta las mismas campanas.




Siguiente parada en el muy agradable Aignan, que tiene un bar, el Brocanthé, donde tienen el detalle de tener un plato vegetariano en su carta, y otra bonita torre.

Y tiene tambien un gran bosque comunal donde han puesto un circuito de tirolinas. Te dan el arnés, un microcurso de engancharte, y te sueltan a hacer el mono. Vemos a todo tipo de gente haciéndolo, desde niños de apenas 7 años a prejubilados.


 

Y un apetecible lago para bañarse


Siguiente parada en Termes d'Armagnac, donde hace poco han estado de fiesta medieval y aún quedan los restos del torneo, y hacia Riscle y Saint Mont, con el vino más famoso del Gers, y con iglesia donde hacen misas en gascón (proporcionan folleto bilingüe, supongo que para no perder clientela) y ya de vuelta. Pero me despisto y acabamos en Madiran, ya en otro departamento, el de Hautes Pyrenées, y también con vino afamado. Precisamente mañana empiezan la fiesta del vino, con lo que ya hay ambiente festivo, lo que significa música por la megafonía del pueblo...sí, efectivamente, españoladas!!



Nos metemos en una tienda de vinos con intención de comprar una botellita de Pacherenc blanco moelleux. Resulta que la tienda es de los vignerones de la región, que se han agrupado para compartir técnicos, y, ya puestos, han abierto tienda donde vender sus vinos, Se turnan para atenderla, y el vigneron de guardia te hace una cata de sus caldos, y como somos de natural tonto, pues nos llevamos una botellita de la vignerona que estaba, a un precio que nunca habríamos pagado. Brindaremos.

De vuelta ya por el buen camino, paramos a tomar una cerveza en Bassoues, donde están preparando un montón de mesas para las cenas. Volveremos a tomarnos un pastis gascón.






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