viernes, 5 de agosto de 2011

Weekend

Fin de semana con visitas.

La familia Maillo (o Borja, según se mire), de vacaciones en sus multipropiedades del Midi, han pasado el finde con nosotros. Les recibimos, como dice Ant, con los brazos abiertos y la casa vacía.

Les gustan las piedras, así que el sábado vamos de visita  a Auch. Tras pertrecharnos convenientemente de mapas y folletos en la oficina de turismo, nos encaminamos a la Catedral, donde hay boda.



Llegamos al final cuando casados e invitados salen ¡con la marcha del persil!. Fuera, en lugar del tradicional arroz, reciben a los recién casados con unas románticas a la par que invisibles pompas de jabón, que a pesar de los esfuerzos de algunos invitados no causan el menor efecto.


Seguimos el recorrido tradicional, no podía faltar la estatua de D'Artagnan



Ni la vista de la catedral desde la "Basse ville"



Intentamos cenar en una creperie cuyos horarios habíamos previamente consultado y que abrían el sábado noche, pero, misterios de los horarios de  la hostelería auscitana, este sábado tenía cierre excepcional, así que nos vamos a mi pizzeria favorita, con mesas en los porches de la Halle des herbes.

El domingo, recorrido turístico por el norte de la región, intentaremos que disfruten de pueblos monumentales y campos espectaculares.
Primera parada en Lectoure, para no hacer el viaje muy largo. Hay mercadillo con productos regionales, y el catedralón está abierto. Callejeamos por el pueblo y seguimos camino hacia La Romieu. Antes de hacer el recorrido, picniqueamos a la sombra, que el sol pica bien. No nos acabamos el camembert que traían de Toulouse, que perfumará el coche durante toda la excursión (y más allá)
Y el pequeño pueblo triunfa. Alicia fotografía todas las estatuas de gatos y se deja fotografiar.


Visitamos (payant) la colegiata, patrimonio de la humanidad. Conchi no pierde ocasión de hacer de peregrina peregrina. ( lamenta haberse quedado sin coartada, antes hacía estas cosas con la excusa de su hija, que ahora, con las vergüenzas de los 10 años ya no está por la labor).



Dentro de la iglesia suenan villancicos en español ¿?. Subimos a la torre octogonal. Bueno, todos no, a Alicia le da un ataque de pánico nada más empezar la subida, su padre la comprende perfectamente (parece ser que el vértigo viene de esa parte) y se queda con ella oyendo villancicos. La subida es verdaderamente accidentada. 34 metros de escalera de caracol estrechísima. Si te cruzas con alguien en sentido contrario, alguien tiene que retroceder. Siempre nos toca a nosotros. Desde el belvedere de la torre hay una magnífica vista, y si te colocas justo en el centro, un curioso efecto que hace que tu voz se amplifique sólo para tí.


En la colegiata hay otra torre que se puede subir, tiene una extraña escalera de doble hélice, aquí se puede subir y bajar sin cruzarse. Aquí  sí se atreve Ali, y disfruta subiendo y bajando y espiándonos desde las troneras. Y haciendo fotos.





Segiomos hacia Condom, con las inevitables fotos a los mosqueteros y visita a la catedral. Coincidimos con un peregrino profesional, no le falta detalle. Y dentro de la catedral hay un rincón del peregrino, donde intercambian mensajes y obtienen información de los alojamientos y demás datos de utilidad.


Y a Larresingle.


En la pequeña iglesia hay un madero y unos clavos, para que muestres tu apoyo a la iglesia. Alicia lo muestra con afán.
También hay un cuaderno donde escribir tu opinión y un sello para sellar el carnet del peregrino. Alicia deja su opinión, para lo que suelta la cámara, que se desploma por efecto de la gravedad y queda muy muy muy perjudicada, con el consiguiente soponcio para Ali.



Intentamos parar a tmoar algo en Valence, pero está todo cerrado ( y las sillas y mesas de ls terrazas de los bares de la plaza ¡sin atar! para gran pasmo de Rafa).

Así que seguimos a Lavardens, donde ya estuvimos en domingo y había bares.

Los Borja siguen con su degustación de coloridos diabolos


Y ya en Auch repetimos cena en la pizzería. Por la noche vemos youtubes de gatos.

El lunes, después de un reposado desayuno, Los Borja-Maíllo siguen sus vacaciones hacia el Mediterráneo.


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