domingo, 15 de enero de 2012

Grands Sites

Hacía tiempo que quería ir a conocer Saint Bertrand de Comminges. No está lejos, y sale en todos los folletos de la región de Midi Pyrenées como sitio a visitar obligatoriamente.

Consulto la meteo, que ofrece sol y nubes, y para allí que vamos.

Hacemos una primera escala en Montréjeau. Hay un château de los que salen en las guías, pero sólo se puede visitar en verano. Damos una vuelta por el pueblo. En la puerta de la iglesia una nota recuerda que robar en la iglesia además de ser pecado es un delito perseguido por la ley, y que puedes acabar en prisión mientras esperas ser castigado con las penas del infierno.
Aunque ya ha pasado la fiesta des rois, en el ayuntamiento sigue el árbol de navidad

Un viejo hotel. En toda la región se repiten los hoteles, cafés, bares, y todo tipo de comercios "des Pyrenées"


Siguiente escala en Valcabrère. Además de tener una pequeña basílica del S XII,


tiene unas buenas vistas de Saint Bertrand


Y un pequeño jardín de plantas aromáticas de cuando los romanos (hay por aquí ruinas de villas romanas).



Subimos a St. Bertrand. Su gran iglesia nos parece mejor desde lejos que desde cerca. No la podemos visitar porque están de misa. el claustro está cerrado a las visitas. Nos vamos a dar una vuelta por el pueblo



Es la hora de comer. Aunque llevamos todo para un picnic, el día no acompaña. Hace frío, el cielo sigue cubierto. Como St. Bertrand es sitio turístico hay sitios abiertos a pesar de ser domingo. Nos metemos en una pequeña creperie. y bué, nada que ver con las crepes que tomamos en Agen. Para compensar tomamos una auténtica sidra bretona en "bolée"


Puesto que estamos por aquí, nos vamos a acercar un poco más a las montañas. Pasamos por Mauléon- Barousse. Lo primero que vemos es un castillo del S XV


Y luego nos encontramos un surtidor de gasoina no mucho más joven (no, no estaba en uso)


Aquí se juntan dos arroyos y dan lugar al río Ourse


De Mauléon sale una carretera que sube al Col de Bale. Empezamos a subir. Es peligrosilla, llena de pedruscos desplomados de las laderas. Y conforme subimos empieza a aparecer alguna placa de hielo y me da miedo, con lo que doy la vuelta. Y luego me da pena, porque ya no debíamos estar lejos, parece que casi habíamos superado ya el trozo malo de carretera, el sol ha salido y el puerto debe ser muy bonito.

Bajamos de nuevo hacia el valle y nos animamos a acercarnos a Saint Gaudens. No le vemos el encanto. Con tanto sitio bonito que hay por aquí, casi desmerece. Hay un mirador que podría tener una magnífica vista de los Piris, pero en primer plao hay una cementera humeante. (Y además no encontramos ni un sitio decente para tomar un té).



Volvemos hacia Lannemezan por carreterillas pequeñas y tranquilas de las que nos gustan. Se nos hace de noche, a pesar de que ya se nota que los días comienzan a alargarse un poco.

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