miércoles, 27 de junio de 2012

Esquí-ando


16 de junio

Después de un día de reposo, parece que Ant va bien. Ya está decidido que sí, que me voy a España unos días. Y ya que me voy a ir, nos vamos a una excursión cortita, de coche también, no hay que arriesgarse.


Ponemos rumbo a Nistos. Sabemos que hay unas pistas de esquí de fondo y que hay rododendros, que con un poco de suerte todavía estarán en flor.

Lannemezan, Saint Laurent de Neste y me pierdo un poco en Nestier, pero no importa porque encontramos este banco,


Cruzamos Nistos de arriba y Nistos de abajo y de camino nos encontramos con vacas y terneros. Los terneros son unos cachorretes de lo más majo. Juguetean, retozan, buscan mimos...



Y empezamos a subir hacia las pistas de esquí. La carreterita sube entre un bosque frondoso, y al abrirse arriba nos encontramos con laderas cubiertas de rododendros en flor. Las fotos no hacen justicia al paisaje, lo siento.


Aparcamos junto al edificio, nada aparatoso, de las pistas, cerrado ya, y enseguida vemos un colladito que promete paisajes. Y bueno, ese collado no asomaba directamente, pero siguiendo el camino.... y sí, en seguida encontramos un buen sitio, con vistas a montañas más altas


Y con unas rocas que nos pueden servir de comedor


Voluntariosas flores naciendo "en la roca"


Hay unos caminos muy bien trazados, lo que deben ser lasa pistas en invierno. Seguimos uno de ellos, y encontramos más vistas


Y más vacas. Nos gustan las vacas, tan tranquilas y curiosonas.


El edificio de las pistas. El puntito rojo es el cochecillo.


Pasamos junto a la iglesia de Nistos (de abajo, creo)


Y nos vamos a beber algo a Saint Bertrand. Ya está más abierto que la otra vez que estuvimos. Lo que quiere decir que se nota más turístico. Nos sentamos en una terracita enfrente de la catedral. Dentro hay boda. Me meto a ver.


Y de la boda no veo nada. La zona de celebraciones es dentro del coro, osea, que están encerrados. Aprovecho para dar una vuelta por la iglesia, ver las pinturas con la vida del santo,


El coro, y al fondo el órgano


El órgano, en un rincón y sobre unas columnas


Y junto a la puerta, un cocodrilo. Parece ser que es un exvoto que algún peregrino trajo, aunque por supuesto en seguida le adjudicaron leyenda, y es el montruo feroz que el santo apaciguó con su varita  mágica (báculo, que para eso era obispo)


Volvemos pronto, que tengo que hacer la maleta y descansar para madrugar mañana

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