jueves, 28 de julio de 2011

La grande vadrouille VI

Ayer estuvimos a  9246 km de Vladivostock y a 2200  km de  Tamanrasset. Tengo la prueba:




Llegamos ahí por estrechas carreterillas entre campos de maíz y girasoles, bosques impenetrables de robles y riachuelos con molinos de agua. El pueblo se llama Simorre, y tiene una gran iglesia fortificada hecha con ladrillos. Fue una abadía benedictina, pero sólo queda la iglesia. Claustro y otras dependencias desaparecieron con la revolución (francesa). Gárgolas amenazantes, curiosas asimetrías y extraño aspecto de castillo. Dentro, la música acompaña la visita.



Y alrededor de la iglesia, el pueblo. Con antiguas casas, la Halle, gascones disfrazados de gascones, y bares agradables. Nos tomamos una cervecita en el "Bouche à oreille", bareto donde hacen muchas actividades, conciertos todos los fines de semana, dan de comer, tienen su rincón con libros e internet, curioso.





Partida de boules, que es como aquí llaman a la petanca local, bajo los plátanos donde habíamos aparcado.

En el camino de vuelta nos preguntamos cómo es que hemos ido a parar esta region tan bella y apacible.

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