viernes, 21 de diciembre de 2012

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6-7-8 de noviembre

Rumbo al sur, pero dando un pequeño rodeo por el Bigorre. Primera parada en el castillo de Montaner, que ya tocaba. Pasamos junto al desvío cada vez que vamos a España.

40 metros de torreón cuadrado y un recinto poligonal, puente levadizo, fué edificado por orden de...¡Gaston Fébus! Tenía que proteger sus fronteras de los señores de la Bigorre y del Armagnac.


El otoño sigue sin ahorrar colores.



Cerca, Notre Dame de l'Esperance, en Tarasteix. Monasterio fundado en 1865 por un cura apellidado Cohen, que fué alumno de Listz, y se hizo famoso por sus conciertos, pero recibió la llamada del Señor, se bautizó, y a fundar se ha dicho. Como era de origen alemán, lo expulsaron cuando la guerra franco-prusiana, y el monasterio fué abandonado y reconstruido después bajo el impulso del padre Mercier, cura bretón que fué misionero en África y que no cae muy bien al señor azobispo, quien le ha prohibido decir misa. Pero el cura se las apaña y ha ido encontrando voluntarios, y ha conseguido reconstruirlo.


Ya con el sol cayendo llegamos a Pontiac, donde nos tomamos un té.


Seguimos por carreteras secundarias, cruzamos Lourdes y llegamos a Argelès. Vamos a ver si tenemos habitación en el primer hotelito en el que estuvimos, y sí. el dueño parece más distendido que en verano, y nos cambia la habitación barata que habíamos pedido por una mejor, con bañera y terraza. La terraza, vista la temperatura que hace, no creo que la aprovechemos.

Y vamos a buscar un sitio para cenar, que ya sabíamos que era difícil en este pueblo. Ahora, fuera de temporada, aún peor. En el restaurante donde estuvimos ya no tienen el plato vegetariano. Decidimos ir a la pizzería que había en la plaza. Error. Entramos y hay un montón de mesas libres. Detrás de nosotros entran más personas. La camarera loca nos coloca en una cutre mesa justo en medio de todo, pequeña, pegada a la barra. Le digo que si por favor nos puede dar otra mesa. Dice que no. Nos sentamos. Vemos cómo acomoda a los que han venido detrás en mesas mejores y que no estaban reservadas. entre Ant y yo comentamos que no entendemos por qué nos ha puesto ahí en medio, y nos empieza a gritar. Nos levantamos y nos largamos.

En el restaurante de la otra vez, por lo menos, hay ensalada aceptable. La camarera es amable. Y hay postres mmmm


Baño, buen dormir y a rascar el coche, que está absolutamente escarchado. No encontramos sitio decente donde desayunar y nos vamos a la panadería cafetería de Cauterets, a tomarnos un gran té y una tourte aux mirtilles en condiciones.

Plan del día: valle de Lutour hacia el lago de Estom. Es una excursión que no hemos visto en ninguna de nuestras guías, pero Ant la ha encontrado analizando el mapa, así como encontró la de Ossoue.

Cruzamos la Raillière y tomamos el camino de la Fruitière, donde hay un aparcamiento. Nos sorprende que haya varios coches, pero claro, son las vacaciones escolares. El paseo es largo, pero muy fácil, suave y con camino bien trazado. El único pero es el frío: hay charcos helados y trozos con nieve.


El Pic de la Sède



Curiosas formaciones de hielo. Son como hilos, del largo de las hojas de pino, más o menos, en haces.


La passerelle de Pouey-Caut


Nos encontramos con Lucie, una joven perreta mezcla de mastín del pirineo y algo más, que corretea feliz por los caminos, va y viene aceptando caricias. Nos la cruzaremos varias veces.


Me resbalo en una roca helada. Por supuesto, con testigo para que además de dolerme el culo me duela el maldito orgullo. El testigo recomienda bastones para andar. Tiene razón, pero llega tarde. El camino se ha hecho un poco peliagudo, no porque sea duro, que no lo es, pero como sube un poco dentro de un bosquete, hay hielos traicioneros.

Cerca del lago, riachuelos con la superficie helada y donde se ve cómo corre el agua por debajo. Es bonito. Y en los charcos, hielos muy raros:


Hay bastante gente, para lo que nos esperábamos, pero está claro que la excursión es más popular que lo que conocíamos. Cómo no va  a serlo si es sencilla, por un valle precioso y para llegar a un espectacular lago turquesa



Me vuelvo a resbalar. Vuelve a ser delante de testigos. Ains. Picnic enfrente del lago, y camino de vuelta. Nos cruzamos un enorme grupo familiar.

Seguimos viendo hielos curiosos



De vuelta a tierras civilizadas, parada en Soulom, que tiene iglesia graciosa (y monumento a los muertos; los estoy recopilando, algún día haré una entrada con ellos)


Queda luz, nos animamos a subir a Gavarnie. Ya le han caído las primeras nieves, el circo está precioso.


Nos calentamos con unos tés y tartas en un bar con vistas. Son sobrecogedoras las vistas hacia el circo:


Y son buenas las vistas dentro del bar, del modelo bar destartalado con encanto, que tanto abundan, con chimenea, con un cesto para el gato frente al fuego, con el perrete dormitando, con niños que se entretienen sin molestar...



Tenemos habitación reservada en Luz. La experiencia de la otra vez nos ha hecho prudentes, y antes de ir nos hemos asegurado. Hotel Les Templiers: cuando llegamos tiene pinta de estar cerrado, pero era una falsa impresión. Dentro, viendo la tele, está el propietario, que nos acoge calurosamente, para compensar el frío debe ser. Nos dice que somos los únicos inquilinos, junto al obrero que está haciendo obras en el edificio. Habitación grande, con carácter, y apta para la reroducción del pingüino emperador. El dueños nos tranquiliza: acaba de encender la caldera, la habitación se calentará "petit a petit". Por si acaso, mientras nos vamos a cenar, dejamos el calefactor del baño al máximo (que tampoco es mucho).
Cenamos en la creperie de la otra vez, y volvemos a nuestro hotel. "Petit a petit" debe querer decir nunca, aproximadamente. Echamos un superedredón que hay en el armario y nos amarmotamos dentro.

Por la mañana la habitación ya está caldeada. Desayuno abundante y bio. vuelta por Luz para pasar por la oficina de turismo, donde nos confirman que el Tourmalet está cerrado. Para volver, tocará dar la vuelta por Argelès


Teníamos pendiente el circo de Lis. A por él. (¿Por qué tanto Lis o Lys en la toponimia pirenaíca? Pues tiene su explicación: en occitano (osea catalán, según Joan), lys significa avalancha)
Aparcamos en Pragnères, donde hay una gran central hidoeléctrica y seguimos las instrucciones de nuestros mapas y guías. Vamos subiendo sin prisa ni pausa, rodeados siempre de otoño, junto a bosques, y cruzando pastos y helechales.



Conforme se sube, el agua empieza a bajar por todas partes. El arroyo Barrada recibe agua de numerosas y altas cascadas.



Entramos en una zona de arbustos y vemos, sorprendido, un sarrio solitario que no huye inmediatamente. Pero cuando nos acercamos un poco más para seguir nuestro camino, se sobresalta y se lanza cuesta abajo. Lo malo es que la cuesta abajo es una maraña de zarzas en las que se queda enganchado y parece no poder salir. Creemos que es vejete, pobre. Al final lo consigue (le animamos lo que podemos), y baja hasta el arroyo, lo cruza, lo vuelve a cruzar y se va. ...


Ya se intuye el circo, y las previsiones de lluvias van fallando, afortunadamente. Incluso se abre algún claro.



Comemos en el circo, aunque ya no hay claros. Alguna gota empieza a caer, y yo no llevo el chubasquero. Afortunadamente todo se limita a esto, y no nos lloverá en todo el rato.
Es un circo espectacular, pero la competencia con el cercano Gavarnie hace que sea menos conocido, lo que también ayuda a que resulte más salvaje.



Camino de vuelta nos volvemos a encontrar con el sarrio un par de veces.



SuperPragnères


Todavía nos quedan horas de luz por delante, así que volvemos a Gavarnie a tomar un cafelito.

Estatua dedicada a Russell en la entrada de Gavarnie.


Y otra dedicada a Beraldi, que dió a conocer el Pirineo con sus publicaciones.


"nuestro bar"



De Argelès volvemos por carreteras secundarias hacia Bagnères, con otra paradita en "nuestra" tetería-pastelería.



Y de aquí ya, sin luz, para casa.





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