sábado, 4 de agosto de 2012

Gargantas profundas IV

26 de julio

Nos despertamos tranquilamente en nuestro hotelito, nos despedimos (la dueña nos vió anoche en el concierto, parece ser que había puesto propaganda por el hotel, que no habíamos visto)


Otra de las ventajas de haber decidido quedarnos en Meyrueis anoche: cambiamos de planes, y en vez de avanzar, retrocedemos, y  nos vamos a dar una vuelta por el monte Aigoual.
Estamos en la frontera de dos departamentos, el Gard y la Lozère (se ve que nos hemos despistado un poco de nuestro objetivo inicial). Y además, a 1565 m estamos en el punto más alto del Gard y en el segundo de Lozère. Y hay también un observatorio meteorológico, fundado en 1894. Es el último observatorio de montaña que queda, y se quieren cargar a su personal. Firmamos solidariamente en las hojas que han puesto para que les dejen seguir.






Volvemos hacia el punto de partida por la otra ladera, que cruza un bosque que plantaron a finales del s XIX para evitar la erosión. Estamos rozando el parque natural de Cevennes. Por aquí se paseó Stevenson, y hacemos planes para volver tras sus pasos algún día.

Y que pasamos junto al abîme de Bramabiau. Hay un río, el Bonheur, que después de nacer se hunde en la montaña, para volver a salir unos 800 m más adelante en una cascada. Y el interior debe ser también espectacular, pero es caro y largo (y frío, dicen que a 10º), así que nos contentamos con verlo de fuera.



Volvemos a cruzar Meyrueis, y seguimos por otra garganta, la del río Jonte. Las rocas tienen formas caprichosas.


Y hay un mirador de buitres. Y los ves sobrevolar, que hasta se les ve bien la cabeza blanca. No hay fotos decentes, lo siento.



Seguimos la Jonte aguas abajo, hasta que desemboca en el Aveyron. Pasamos junto al castillo de Peyrelade, incrustado en su roca, casi parece un barco abandonado.


El río por aquí está muy "urbanizado" está lleno de playas, tomadas por cámpings, tomados por veraneantes, y nos cuesta encontrar una para nosotros. Compramos fruta (grosellas, mmm) y por fin, tras alguna vuelta, y en horario más español que francés, cruzamos un puente...



Y encontramos un rincón tranquilo



Hacemos una breve parada en Millau (psché) y seguimos hacia el oeste (madremía qué horas se nos están haciendo...)
Cruzamos el mastodóntico viaducto, por debajo,  y nos atascamos en unas obras en Peyre, pueblo bonito,


Y seguimos junto al Tarn, que sigue mareándose en vueltas y más vueltas, de todos los verdes imaginables



Última parada en Brousse-le-Chateau, con paseo y bebidas incluídos ( y  calor, y moscas)





Y (qué horas), ya seguido hacia Albi, a coger la autovía en dirección a Toulouse, por donde cruzamos sin atascos. Es tarde, llevamos mucho rato en el coche...nos paramos en L'Isle-Jourdan a beber, compramos la cena en un restaurante de simpáticos tailandeses, y a casita.

No ha estado nada mal

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