domingo, 13 de mayo de 2012

Lunes antes de almorzar

Lunes 7. Pete y Xander nos invitan a un paseo por los alrededores de su pueblo, y a un piquenique.

No les vemos desde su migración invernal a Grazalema. Reconocen que han echado de menos su casa, lo que no nos extraña lo más mínimo.

Para empezar nos proponen ver la iglesia, y vamos a ver a la vecina que custodia las llaves y que toca las campanas, una animosa señora de 90 años, que se muestra un poco apesadumbrada porque ayer Sarko perdió.

En el interior de la iglesia hay interesantes trabajos de madera, hechos con la misma técnica que el coro de la catedral de Auch: robles endureciéndose dentro del río durante unos años, y trabajo artesanal, en este caso de un vecino que lo hizo desinteresadamente (bueno, le proporcionaron la madera, claro, aclara nuestra guía)


Debajo de la ventana, nuestra guía



La iglesia está llena de imágenes de santos. El que más me gusta es este San Fris de grandes bigotes.


La señora nos cuenta más cosas, como que antes cada habitante tenía su banco particular, unas sillas con un asiento abatible para poderse uno arrodillar encima. Y que el cura no viene a decir misa, pero que parece ser que pretendía cobrar de los parroquianos, y ella ya le dijo: si un obrero quiere cobrar, tiene que venir a trabajar (o algo así).

Y nos vamos de paseo. Va a ser por las carreterillas para proteger a Mattie de las garrapatas, que parece ser que abundan por aquí y por culpa de las cuales la pobre ya ha estado malita varias veces.

Pero es que por aquí, por las carreteritas, se puede pasear muy tranquilamente. en dos horas de paseo nos cruzaremos con un vecino en furgoneta que se para a hablar con Pete, y otros dos coches más.

Además de tranquilas, tiene vistas. El día es estupendo, los campos están de colores, hay orquídeas, se ven las montañas del sur...en fin, un paseo precioso.




A mitad de camino, una capilla de la que no consigo recordar el nombre. Alrededor, su cementerio




Ya no lejos del pueblo, de vuelta, vemos a otra nonagenaria, dobladísima, y desherbando con tesón y energía su huerto. También la conocen, y nos cuentan que es el referente local en horticultura. Paramos a charlas un poco con ella, y Pete recibe la confirmación de que las tomateras se trasplantan ahora, aunque con lo que ha llovido no es buen momento porque habrá mucho barro.



Y mientras Xander termina de preparar el "picnic" damos una vuelta por el huerto con vistas.


Mattie, agotada. Ha tenido que vigilarnos todo el camino, controlar todos los ribazos y bañarse en todos los arroyos.



La mesa preparada para el "picnic": (sopa de zanahoria, quiche, ensalada, tarta de manzana...)



Después de la sobremesa (por cierto, ya no sabemos en qué hablamos, qué lío), volvemos a casa, por Bassoues, y aprovechamos para parar en la Basílica de San Fris, el santo de los bigotes de la iglesia de Peyrusse. Tiene leyenda: Fris, sobrino de Carlos Martel, se dedicó a luchar contra los sarracenos allí por el S VIII. y fue abatido por una flecha traidora. Enterrado or aquí, al cabo de dos siglos un pastor  se dio cuenta de que sus vacas se curaban milagrosamente, y entonces encontraron el cuerpo, y construyeron la basílica en su honor (los milagros se repitieron con humanos, que si no igual se queda sin iglesia).

La basílica fue destruida y reconstuida varias veces, ya se sabe, calvinistas, revolución, etc, etc...



De vuelta a casa. Todo sigue siendo bonito por todas partes.



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