sábado, 12 de mayo de 2012

Un domingo cualquiera

Domingo. Consulta mañanera de las actividades en los pueblos de los alrededores. Entre vide-greniers varios hay feria de flores en Lombez. Allá vamos.

Pero bueno, de camino hay cartel indicador en dirección a Aubiet, donde había otro vide-grenier, así que ¿por qué no dar una pequeña vuelta?

Y resulta un vide-grenier muy gracioso y completo. En un marco incomparable.


Hay un poco de todo: ropa, como el vestido de fiesta ceñidísimo que se prueba encima de sus vaqueros esta chica...


...pajareras artesanales...


...o las viejas bolas de petanca entre otras piezas.


El tiempo está indeciso, y alguna nube amenaza con fastidiar el evento. Antes de que nos ataque retomamos el camino de Lombez. Y al lado de la carretera nos sorprende el castillo de Bézéril, de origen y estilo inciertos, ni los especialistas más escpecializados se atreven a decir de cuándo data. Es propiedad privada. Un perro trabajador sin ganas sale a vigilarnos, pero poco.


Y llegamos a Lombez, donde el mercado de flores. En la halle hay músicos amenizando la jornada


Y flores, claro


Aunque la verdad es que es una feria pequeñita que se visita en un pispás, y aprovechamos apra dar una vuelta por el pueblo. Encontramos una casa en la que todavía es navidad.


y otra con un cerrojo enorme sobre una puerta casi astillada, y junto a una ventana abierta.


A pesar de las nubes y los nubarrones nos vamos animosos hacia Saramon, a ver si hay suerte. Por el camino la hay.


Y al llegar al lago, también. Se abren claros que nos deciden a piqueniquear allí.





Al volver junto al coche, perrilla saludadora


Nos apetece un té. Iremos a Simorre, al bar majete. Y por una carretera por la que no hemos pasado todavía, la de Saint Elix. Y resulta que para llegar hay que atravesar un bosque con roble centenario. Hay que fijarse con atención, hay una persona humana al pie del árbol.


Llegamos a Simorre. El bar está abierto, tomamos el té con lugareños, cierran el bar y nos vamos a dar una vuelta



Fotografiamos balcones para Gabrielle


Volvemos a rodear la iglesia. Ahora me doy cuenta de lo raras que son las puertas laterales, que parecen hundidas en la tierra.



En primavera todo el mundo adorna con flores sus casas. Y si no tienes jardín, ni patio, ni balcón, da igual, adornas la acera.

   
La halle está engalanada para eventos primaverales


Y ya nos volvemos para casa, que hemos tentado mucho a la suerte y las tormentas están previstas



Y al final, tronó. Pero ya estábamos a cubierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario