Alonsanfans: Susurrando a los caballos

15 de julio

No está claro que vaya a hacer bueno, pero las lluvias previstas ya no aparecen en los partes, así que nos animamos a ir al sur.
Un paseo fácil y no muy lejos: El Monné.

Desde Bagnères subimos a Labassère y de ahí a Soulagnets, de donde sube una carreterita que lleva a los altos de Esquiou, donde dejamos el coche junto a caballos alazanes rubios (debe ser una raza de por aquí, en el Gers también hay, son no muy altos, de pelo rojo y crines casi blancas, guapos y robustos)

Seguimos un camino ancho y casi llano, con el Monné enfrente, y vacas por todos los lados.

Y el cielo no está azul, pero el campo está verde, muy verde, con todos los verdes posibles

El sendero se estrecha, se embarra y rodea la cima de la montaña, entre hayas.

Una buena vista del valle de Campan

Por si no había quedado claro antes, me gustan las vacas. Vivas.

En Esquiou hay un auténtico cruce de caminos. Una carretera baja hacia Bagnères por el norte, otra hacia Lesponne por el sur... nos vamos hacia el oeste (siempre al oeste). Volvemos a cruzar Soulagnets, y subimos junto al Oussous hasta el bosque de Courbet, en busca de la fuente de aguas sulfurosas de Labassère, que para nuestra desilusión está dentro de un edificio descuidado, que fue la casa de los guardianes de la fuente, descubierta en 1800 y de propiedades milagrosas. En un cuarto de hora se llega hasta una cascada

Después de haber cruzado el riachuelo por un puente camuflado en el paisaje (y tras cruzarlo alguna otra vez sin puente, chapoteando directamente en mi caso, pero qué botas tan buenas tengo que no se me mojan los pies)

Camino de vuelta paramos en el hameau de Castet, no me importaría que esta casita fuera mía (como otros cientos, si por mí fuera tendría una multipropiedad en este país)