sábado, 6 de octubre de 2012

500 años, y tan frescos

24 de septiembre

La tormenta ha pasado, pero se ha dejado las nubes por aquí. Nos despertamos despues de haber dormido en coma (por lo menos yo), y dispuesta a desayunarme el mundo. Otro fondant aux myrtilles marchando!
Paseamos tranquilamente por St Lary un poco, con el tiempo que hace tampoco vamos a "echarnos al monte".

En todos los pueblos de Francia (y cuando digo todos no estoy exagerando) hay un monumento a los muertos locales en las guerras. Algún día escribiré un post sobre los diferentes estilos. Por ahora, el de St Lary, particularmente "colorista"


Aunque ya no nos extraña nada, después del oso estrangulador de niños, todavía encontramos un horror más hecho estatua, en este caso, un pobre trozo de troncón convertido en esto:


Nos ponemos en marcha hacia el valle de al lado, algo podremos pasear. Volvemos a subir al col d'Azet, y bajamos a al estación de esquí de Val de Louron, donde las vacas se encargan del manetnimiento del césped, y tien los prados perfectamente cuidados. Son los únicos seres vivos en una urbanización por lo demás fantasmal.

Bajamos a Loudenvielle, aparcamos, pasamos por la oficina de turismo donde compramos un poster con vista panorámica de las montañas y sus nombres (de oferta), y subimos buscando el inicio de nuestro paseo. Hay una exposición en los muros de reproducciones de fotos antiguas.

Pastores


Pizarrista


Vamos hacia la torre de Moulor, en una suave subida en la que pasamos juto a caballos,


Una cascadita inesperada


Llegamos a la capilla y a la torre de Moulor. Estas torres fueron construidas en los siglos IX y X para protegerse de los sarracenos que venían en aquellas epocas a saquear estos valles.


Con el lago de Loundenvielle debajo


Loudenvielle y el valle de Louron al fondo



Genos, su torre defensora y las canteras de pizarra, una de las industrias locales


Terminamos nuestro rodeo al lago con un picinic


Las nubes nos terminan de levantarse. Por eso no propongo ir a Balnea. Yo quiero ir un día que esté despejado, y estar en la piscina caliente al aire libre viendo las montañas. Aunque no esté despejado, se abre algún claro hacia el norte, y todavía es prontito, así que nos animamos a hacer otro paseíto de "Emilie": de Cazaux-Frechet a Mont.

Vamos por el lado este del valle, viendo enfrente el col d'Azet donde estuvimos sentados anteayer viendo este lado.


Mont es un pueblo pequeño, con bonistas vistas, fuentes y casas. En alguna de las casas se conservan los hornos de pan "adosados"





Y sibre todo, tiene una iglesia románica con frescos del s XVI, declarada monumento histórico.


Los frescos son de dos pintores: Bona, autor, entre otros, de los de la fachada, con su juicio final y su dibólico Leviatán (que parece borracho)


y Rodiguis, que pintó la bóveda, adepto a la tintinesca "línea clara" (¿O será que ha venido por aquí la prima de Cecilia a restaurar?)



Una pila un poco incómoda


Volvemos hacia Cazaux, pero no directamente al pueblo, sino pasando por la iglesia de San Calixto, en lo alto.




San Calixto fue un guerrero aragonés que ganó su santidad viniendo aquí a matar moros, y dejándose matar por un infiel. Como premio, y en agradecimiento a la batalla ganada, construyeron la iglesia en su honor.


Junto a la iglesia hay unas casas en las que yo podría vivir perfectamente. Tan tranquilamente como la gata que aquí vive.


No queda tiempo para más paseos, pero sí para algún rodeo. Nos volvemos pasando por el col de Peyresourde que ya hemos cruzado en la niebla, pasando por Cazenaux..


y parando den Bagnères de Luchon a tomar unos tés (con gâteau)



Primer y breve contacto con Luchon, volveremos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario