jueves, 11 de octubre de 2012

Ay, cordera! (a 49)


Acumulo mucho retraso. Pero claro, no hacemos más que echarnos al monte, y luego la apereza, y luego que fallan las tecnologías (el ordenador grande, rip) y luego...bueno, la pereza otra vez. Poquito a poco.

Vamos con el 28 de septiembre

Las nubes no nos amilanan, y nos vamos hacia Luchon, que ya nos pareció bien el otro día. Además Luchon ofrece plan B, y es que si no se puede pasear nada, hay balneario que apetece.

Carretera hacia el sur. Cruzamos Montréjeau, y al pasar por Labroquère vemos anuncio de Tabla de Orientación, con lo que me gustan, allá vamos. Y sí, podría ser una gran vista, pero hay muchas nubes bajas, por lo que no se ven las cimas. Pero allí en frente está Saint Bertrand...


Y bueno, queremos llegar a Bagnères de Luchon, pero tampoco tenemos mucha prisa, y en el camino hay cosas que ver, como Bramevaque, con su castillo abandonado al que se llega cruando un bosque en el que no extrañaría cruzarse un caballero andante (curiosa mezcla de palabras, por cierto)


El castillo tiene un montón de leyendas a su alrededor, muchas alrededor de Marguerite, su más ilustre inquilina, que según unas historias comía niños y en otras fué una desgraciada que fue casada a los 12 años por primera vez y cuyo tercer marido la encerró en la torre del castillo hasta que el rey intervino para que fuera liberada (22 años después). Las dos historias parecen tan ciertas como que el castillo está lleno de malos espíritus.
Lo cierto es que la torre, lo único que se mantiene, es curiosa. Se puede subir por una escalera por la que apaenas cabemos.



¿será uno de los diablos del castillo?


De Bramevaque subimos a Mauléon-Barousse, adonde llegamos para encontrarnos con que la panadería está cerrada por vacaciones. Bueno, no importa, nos quedaba todavía un poco de pan, y llevamos comida suficiente (el pan lo venden en la carnicería, no nos apetece nada ir a comprarlo allí). Por aquí ya habíamos pasado esta primavera, cuando todavía había hielos en las carreteras. Intentamos subir al puerto de Bales pero me dió miedo y dimos media vuelta. Hoy llegaremos arriba.


En nuestro mapa viene como sitio a visitar la Goufre de Saoule. Nos la pasamos, damos media vuelta, aparcamos y vamos. Está señalizada por uno de esos viejos  mojones que Michelin ofrecía para señalizar a la par que se hacía publicidad.


El camino baja para encontrarse con el lecho de un río, y enfrente, detrás de un gran arco de piedra, hay una cascada



Y en el bosque hay setas



Seguimos carretera arriba, y antes de llegar al puerto tomamos un desvío hacia la derecha. Subiendo una carreterita estrecha que acaba convirtiéndose en camino, llegamos al aparcamiento desde donde vamos a ir andando al Col d'Aouet. Una subida empinada (arf, arf), que a medida que sube va ofreciendo magníficas vistas.




Ya casi en el col hay una cabañita de pastor y un gran rebaño de ovejas. Una de ellas viene lanzada hacia Ant, exigipiediendo caricias, topando con la cabezota. Después vendrá a por mí. En la oreja lleva marcado el número 49.


Papijaune


Vistas desde el col. Se ve le Pic du Midi, Nistos... Y hace un viento frío...Comemos arrebujados y rápidamente. Una pastora con sus tres majetes perros pasa junto a nosotros, a la vez que la niebla va subiendo y envolviéndonos a todos.



Para bajar hay que cruzar el rebaño. Y ahí la liamos. 49 nos reconoce y vuelve junto a nosotros. Primero con Ant, y luego se quiere comer las tiras de mi mochila y mi forro polar (verde). Lo malo es que ella nos sigue, y el resto van detrás de ella, nos da miedo llevarnos el rebaño detrás, por lo que vamos todo el rato haciendo aspavientos intentando ahuyentarlas. Pero 49 es cabezona, y sigue a lo suyo. Al final conseguimos convencerlas de que se queden por ahí.



Bajando por el bosque vemos setas muy raras (y otras más normales)



Y bueno, nosotros íbamos bajando tranquilamente (lo que viene a significar despacio), y la pastora bajaba con su rebaño a paso mucho más ligero, por lo que cuando estamos llegando al aparcamiento oímos cómo se acerca el rebaño. Nos hacemos a un lado para que pasen, y vemos como una oveja viene disparada hacia nosotros ¡49!  Sigue tozando, agradeciendo las caricias...



La pastora baja con un corderito de dos días en brazos. Dice que es pesado, e intenta convencerlo para que camine juto a su madre. Y lo consigue.


Retomamos de nuevo la ruta del puerto de Bales, pastoral, claro. Nos cruzamos con vacas de la región, que parece que se han pintado los ojos


En el puerto vamos por un camino hacia el sur con vistas espectaculares


El Aneto incluído


Desde este puerto se puede ir también al lago de Bareilles, y casi sin cuesta, podríamos volver un día. Con mucha cuesta, pero hacia abajo, vamos hacia Luchon, pasando por Bourg d'Oeuil



A lo largo de la carretera vemos varios coches parados y gente con prismáticos mirando para el otro lado. ¡Es la berrea de los ciervos, y hay un grupo ligando en el prado de enfrente!


También en la carretera nos encontramos con más ciervas, asustadizas, salen corriendo.


Terminamos nuestra jornada con pizza y ensalada, y a nuestro hotel, gracioso, con salones de moqueta y periódicos, con bañera,  pero con problemas de conexión a internet en la habitación.




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