domingo, 28 de octubre de 2012

Tierras de Frontera

8 de octubre

De paseo con Gaby y Hans. Cita tempranito en su casa, y salida en su coche hacia el gran Sur. Parada en Sarrancolin a tomar un cafelito (no en "nuestro"bar, sino en el suyo, un PMU con una reliquia de WV, de los de agujero en el suelo).

Compro pan en St Lary y aparcamos junto al camping de Moudang, en Aragnouet, de donde sale nuestro paseo hacia las granges de Moudang. Paseo por un camino cómodo, que va subiendo tranquilamente entre colores de otoño, junto a un arroyo alegre y con avistamientos de setas.


La madera de estos bosques, como la de tantos otros del Pirineo fué ulilizada en la construcción de la armada de su majestad en el s XVII. Para imaginarse la hecatombe arborícola, basta saber que para uno de esos barcos hacían falta  unos 2000 árboles grandes, y que en unos 26 años construyeron unos 85. (para arrastrar cada arbolazo por estos caminos, hacían falta 40 parejas de bueyes)






Cuando el bosque se acaba se abre el valle de Moudang, con sus granjas al fondo. Allá por 1860 hubo un proyecto de construir por aquí una carretera hacia España (que evidentemente, no prosperó),


En verano los pastores y sus familias se instalaban en estas granjas. Alrededor pastaban los rebaños y ellos se dedicaban a recoger el heno que serviría para alimentar el ganado en invierno. En los últimos años esta actividad llegó casi a desaparecer, con el consiguiente deterioro de las construicciones, que ahora han sido restauradas. Todavía hay algún rebaño que estiva por aquí, lo que permite mantener los pastos alrededor de las granjas en buen estado.

Por esta parte del valle vemos unas grandes columnas metálicas. Formaban el "Cable de Parzán", un teleférico para el mineral de plomo argentífero que traían desde las minas de Parzán, en el lado español, hasta St Lary a principios del siglo pasado.


Dejamos las granjas un poco abajo y paramos junto al río para comer, un picnic de alto nivel. Por nuestra parte tomates, tortilla de patata, queso, nueces y tarta de santiago, de la suya pan casero, queso, hojaldres de verdurasy queso, pastelillos de higos....


No me extraña nada que las ovejas se muestren tan interesadas en nuestra comida. Nos miran con un interés que da un poco de miedo. Afortunadamente, se quedan en la otra orilla.




Ya comidos y descansado, subimos un poc más, hacia el sur, entre rododentros.


Encontramos una fuente ferruginosa, un poco apestosa, la fuente de la reina, que fué famosa por tratar la anemia. Su agua fué embotellada comercialmente, y una de sus características es que no perdía sus propiedades en el embotellado y transporte.


Hans y Ant se tiran al monte mientras Gaby y yo esperamos tranquilamente sesteando junto a la fuente.
Vuelven al cabo de una hora, agotados, despues de subir a la carrera y bajar más deprisa todavía.



Se refrescan un poco en la fuente de las Granjas


Y volvemos al coche por el mismo camino.



Como no conduzco yo, me dedico a hacer tonterías con la cámara de fotos.



Ya casi no queda luz, recogemos el coche y seguimos camino hacia casa.

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