viernes, 26 de octubre de 2012

Más Allá

5 de octubre

Nos despertamos en nuestra suite,



El encantador y decadente saloncito del hotel


Desayunamos Chez Manu y damos una vuelta por la ciudad, es la primera vez que la vemos bajo un sol resplandeciente. Compramos unos polares en condiciones (el de Ant estaba verdaderamente pidiendo la jubilación)


Y volvemos al valle de Oô. Corderitos recién nacidos descansan al sol, dan sus primeros tumbos junto a sus madres. Pastoralismo.



Aparcamos en las granjas de Astau (donde el pastel de arándanos silvestres del otro día). Esta vez, montón de coches, y un par de autobuses también. El camino va subiendo no demasiado duramente (algunas curvas en zigzag "lacets" un poco empinadas, pero nada demasiado grave a pasito tranquilo).
Casi todo el rato entre árboles. Pasamos junto a la roca sulfurosa:


Entre unas cosas y otras hemos comenzado a pasear cerca del mediodía. Nos cruzamos con mucha gente que ya va de vuelta (madrugadores)

Vamos dejando las granjas allá abajo


Crocus tomando el sol


Llegamos al refugio que hay junto al lago. Tiene bar y restaurante, y medio de transporte para acarrear las mercancías por el camino no apto para otro vehículo.


En el otro extremo hay una cascada, 275 m de caída, que viene desde otro lago, el de Espingo


¿Alguien duda de qué vamos a hacer? Veamos, no es demasiado tarde, aquí hay gente, y más arriba hay otro lago...Venga!, vamos más allá.

Hacia arriba! El algo se va quedando allá abajo...


Cruzamos varias cascadas. También seguimos cruzándonos jovenzanos, en tropel, debe ser el grupo de excursionistas del autobús.



El camino sube, tenemos que llegar a un collado que parece cerca. Nos cruzamos con otro grupo de excursionistas a los que dejo pasar amablemente (aprovecho para coger aire). Nos dicen amablemente que ánimo, que no queda más que media horita, eso sí la más dura. Yo creo que están bromeando, pues el col parece ahí mismo. No bromeaban. Tras el col hay otro col...y así. Pero bueno, al final llegamos. Y merece la pena.


Comemos en lo ato, con el laguito abajo, los caballos paciendo en la orilla. Sólo el viento molesta un poco en medio de tanta paz.



Mmm. un poco más abajo hay todavía otro lago, Saussat, muy cerca, nos da tiempo...



El camino que sube de Saussat, perfectamente empedrado y rodeado de crocus.


Y ya bajamos, que al final se nos va a hacer tarde. Volvemos a cruzar pequeñas cascadas, volvemos a oir el estruendo de la grande,



Y de nuevo en el bosque, vemos setas, como estas amanitas muscaria, alucinantes.


Volvemos a Luchon, dode nos tomamos un té antes de coger la carretera hacia casa.


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